El skate como reclamo turístico en Elche
Hace tiempo, casi un año para ser exactos, aprendí que el turismo es la suma de muchos factores. Fue algo que no me enseñaron en la carrera, por desgracia, y que tuve que entender/aprender por mi cuenta
una vez acabada esta. No tenía a nadie que me resolviera las dudas, así
que me dediqué a leer y sobre todo a escuchar. Si ya has pasado por
aquí te habrás dado cuenta de que le tengo bastante respeto a Isaac Vidal, actual gerente de Visitelche; nunca lo había visto “en acción” hasta principios de febrero de este año. De su presentación me llamó especialmente la atención la siguiente diapositiva: http://bit.ly/TMxAm5

Nunca me he considerado un
delincuente, pero a veces han conseguido que me sienta así una
retrógrada sociedad, en mi caso, ilicitana. Tanto por parte de
la prepotente policía local como la no menos útil policía nacional que
nos debería proteger de los peligros de verdad, ¿unos chavales haciendo
deporte es un peligro? No se cómo se sentirán de gallitos cuando
terminen su jornada habiéndoles requisado tres o cuatro patines a unos
chavales de 15 años, a mi se me caería la cara de vergüenza y más
cobrando lo que cobra esta gente. ¿Por qué no hacían lo
mismo con los balones de los críos que pateaban las paredes de un Bien
de Interés Cultural y Patrimonio Histórico de España como es la Basílica
Menor de Santa María?
Y seguro que te preguntas, ¿esto a qué viene? Este
fin de semana mientras le enseñaba a mi novia a patinar apareció de
entre las palmeras un policía muy simpático que nos paró para decirnos
que no podíamos patinar porque la, ya mencionada, normativa municipal lo
prohibía. Tras un diálogo en el que nos indicó que un cartel
al principio y al final del paseo, exactamente el de Arenales del Sol,
mostraba la prohibición; cartel que ese día debió desaparecer, de
la vergüenza, digo yo. Según nos dijo, los pocos vecinos que
allí viven (sí, en las pocas dunas relictas que quedan en esta pedanía
vive gente y yo sin saberlo) se quejan constante y amargamente de los
patinadores, ¡¿cuán triste tiene que ser la vida de estas personas para amargar la de los demás!?
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